viernes, 3 de noviembre de 2017

Pasargada, primera capital aqueménida

Para conmemorar su victoria sobre los medos, Ciro II el Grande decidió construir la capital del imperio aqueménida precisamente en este lugar a 70 km de Persépolis, en el que estaba acampado su ejército. 

Aunque no hay evidencia firme que corrobore que esta tumba es la de Ciro II el Grande, historiadores griegos dicen que Alejandro Magno creía que sí lo era. Tiene planta rectangular con cubierta a dos aguas y base escalonada con seis cuerpos de escalera, posiblemente inspirada en los zigurats mesopotámicos. La tumba fue completamente reconstruida hace unos años. Las piedras están ahora unidas con argamasa, los enganches metálicos originales han desaparecido, han sido fundidos a fin de fabricar balas para diferentes batallas. Cuando el último Sha celebró el 2.500 aniversario del imperio persa, visitó la tumba y dijo: “Ciro, estate tranquilo, que estoy aquí yo”. El Sha de Persia había decidido ser enterrado también aquí pero, tras la revolución abandonó Irán y no pudo volver. Está enterrado en Egipto.

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